En la historia de José, lo encontramos en prisión junto a dos oficiales del faraón, el copero y el panadero. Ambos han tenido sueños inquietantes y están angustiados porque no tienen a nadie que los interprete. José, quien ha experimentado la guía de Dios a través de sueños en su propia vida, les asegura que las interpretaciones pertenecen a Dios. Esta afirmación refleja la profunda fe de José y su entendimiento de que la verdadera sabiduría y percepción provienen solo de Dios. Al ofrecerse a interpretar sus sueños, José demuestra su disposición a ser un instrumento para la obra de Dios, incluso en medio de sus propias pruebas.
Este pasaje nos recuerda la importancia de confiar en la sabiduría de Dios y buscar Su guía. Nos anima a reconocer que, aunque la comprensión humana es limitada, Dios proporciona claridad y visión. La confianza de José en la capacidad de Dios para revelar la verdad es un poderoso ejemplo de fe en acción. Nos invita a considerar cómo podemos depender de Dios en nuestras propias vidas, confiando en que Él nos proporcionará la comprensión que necesitamos cuando enfrentamos incertidumbres o desafíos.