Abraham, un patriarca clave en la Biblia, se prepara para asegurar la continuidad de su linaje a través de su hijo Isaac. Se dirige a su siervo anciano, quien está a cargo de todos sus bienes, lo que indica el alto nivel de confianza y responsabilidad que tiene. La solicitud de colocar la mano debajo de su muslo es una costumbre antigua para hacer un juramento solemne, simbolizando un profundo compromiso y confianza. Este acto subraya la gravedad de la misión que Abraham está confiando a su siervo: encontrar una esposa para Isaac de su propia familia, en lugar de entre los cananeos que los rodeaban. Esto refleja el deseo de Abraham de mantener la continuidad cultural y religiosa. El versículo enfatiza la importancia de la fe, la confianza y la lealtad familiar, así como el papel del siervo en el cumplimiento de las promesas de Dios a Abraham. Prepara el escenario para un viaje que asegurará el cumplimiento del pacto de Dios con Abraham, ilustrando la interconexión de la providencia divina y la responsabilidad humana en la narrativa bíblica.
Y dijo Abraham a su siervo, el anciano de su casa, que era el que gobernaba sobre todo lo que tenía: Pon tu mano debajo de mi muslo,
Génesis 24:2
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