En la visión de Ezequiel del templo, las detalladas tallas simbolizan una profunda verdad espiritual. El rostro humano y el rostro del león, cada uno frente a una palmera, representan la coexistencia de la naturaleza humana y la fuerza divina. El rostro humano significa nuestra conexión con Dios, nuestra capacidad de relación y nuestro papel en la creación. El león, símbolo de poder y majestuosidad, representa la fuerza y soberanía de Dios. La palmera, a menudo asociada con la victoria y la paz, sugiere que el templo es un lugar donde el poder divino y la paz humana se encuentran. Esta imagen sirve como un recordatorio del equilibrio y la armonía que Dios desea en Su creación. Anima a los creyentes a reflexionar sobre cómo pueden encarnar tanto la fuerza como la paz en sus vidas, fomentando la unidad y la armonía en sus comunidades. Las tallas alrededor del templo no son solo decorativas; son una representación visual de las verdades espirituales que guían a los fieles en su camino con Dios.
Y la longitud del templo era de veinte codos, y la anchura de doce codos, y la altura de diez codos.
Ezequiel 41:19
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