Ezequiel 18:12 aborda acciones específicas que se consideran violaciones de las leyes y principios de Dios. Enumera comportamientos opresivos como aprovecharse de los pobres y necesitados, cometer robos y no devolver lo que se ha tomado como prenda. Estas acciones son condenadas porque explotan y perjudican a otros, particularmente a aquellos que son vulnerables. Además, el versículo menciona la idolatría, que es la adoración de dioses falsos, y otras acciones detestables que van en contra de las enseñanzas de Dios.
El contexto más amplio de este capítulo en Ezequiel trata sobre la responsabilidad individual y la importancia de la rectitud personal. Se enfatiza que cada persona es responsable de sus propias acciones y no puede depender de la rectitud de los demás. Este versículo llama a los creyentes a reflexionar sobre sus propias vidas y asegurarse de que están viviendo de una manera que sea justa, equitativa y agradable a Dios. Promueve una vida de integridad, donde las acciones sean coherentes con los valores de compasión, justicia y fidelidad.