En esta narrativa, las parteras hebreas, Shiphrah y Puah, se enfrentan a un dilema moral cuando el faraón les ordena matar a todos los recién nacidos hebreos. Su respuesta al faraón es tanto estratégica como valiente. Al afirmar que las mujeres hebreas son vigorosas y dan a luz antes de que puedan llegar, las parteras encuentran una manera de proteger a los infantes sin desobedecer directamente las órdenes del faraón. Esta explicación ingeniosa refleja su profunda reverencia por Dios y su compromiso con la preservación de la vida, a pesar del riesgo que esto conlleva para su propia seguridad.
Sus acciones demuestran un profundo coraje moral y el poder de la fe para inspirar actos de resistencia contra órdenes injustas. La historia de las parteras es un testimonio de la importancia de defender las propias creencias y del valor de la vida. También ilustra cómo Dios puede obrar a través de individuos para lograr justicia y protección para los vulnerables. Su ejemplo anima a los creyentes a confiar en la guía de Dios y a actuar con integridad, incluso frente a grandes adversidades.