Pablo se refiere a un misterio que le fue dado a conocer a través de una revelación divina. Este misterio, que ya ha mencionado anteriormente, es la inclusión de los gentiles en la promesa de Cristo. En aquel tiempo, este concepto era radical, ya que el pueblo judío era visto tradicionalmente como el elegido de Dios. Al revelar este misterio, Pablo destaca la naturaleza expansiva e inclusiva del amor y la salvación de Dios. Esta revelación no fue algo que Pablo descubriera por sí mismo; fue otorgada por Dios, mostrando que la sabiduría divina a menudo supera la comprensión humana.
El pasaje anima a los creyentes a estar abiertos a las revelaciones de Dios, que pueden llegar de maneras inesperadas o desafiar nociones preconcebidas. También sirve como un recordatorio de que el plan de Dios es inclusivo, alcanzando a todas las personas, sin importar su trasfondo. Esta inclusividad es un pilar de la fe cristiana, enfatizando la unidad y la ruptura de las barreras que dividen a la humanidad. Los creyentes son invitados a abrazar este misterio y a participar en el plan en desarrollo de Dios con fe y confianza.