La cita presenta al hablante como el Predicador, quien fue rey de Israel en Jerusalén. Esta autoidentificación es significativa, ya que establece la autoridad y credibilidad del hablante. Como antiguo rey, el Predicador tuvo acceso a riqueza, poder y sabiduría, lo que le proporciona una perspectiva única sobre la vida. Sus reflexiones a lo largo del libro están informadas por sus experiencias y observaciones durante su reinado. Esta introducción invita a los lectores a considerar las ideas del Predicador como provenientes de alguien que ha vivido las complejidades del liderazgo y la gobernanza.
El rol del Predicador como rey también sugiere un cierto nivel de desapego de la vida cotidiana, lo que le permite reflexionar profundamente sobre la condición humana. Sus observaciones no son meramente teóricas, sino que están fundamentadas en las realidades prácticas que enfrentó como gobernante. Esta doble perspectiva de indagación filosófica y experiencia práctica enriquece las enseñanzas que siguen, ofreciendo una visión integral de la naturaleza transitoria de la vida y la búsqueda de la sabiduría. La introducción establece el tono para la exploración de temas como la futilidad de los esfuerzos humanos y la búsqueda de significado más allá de los logros terrenales.