Durante un gran banquete organizado por el rey Belsasar, ocurre un evento misterioso y divino. Una mano aparece y comienza a escribir en la pared del palacio, capturando la atención del rey y causando gran alarma. Esta manifestación sobrenatural es una intervención directa de Dios, destinada a entregar un mensaje al rey. La ubicación de la escritura cerca del candelero asegura que sea visible para todos, enfatizando su importancia.
Este momento resalta el tema de la soberanía de Dios sobre los asuntos humanos. A pesar del poder del rey y la opulencia del banquete, se le recuerda que su autoridad es limitada y está sujeta a la voluntad divina. La escritura en la pared sirve como una advertencia, instando al rey a reflexionar sobre sus acciones y las consecuencias que pueden traer. Es un poderoso recordatorio de que Dios se comunica de maneras inesperadas, desafiando a menudo el orgullo humano y llevando a las personas a considerar su relación con lo divino. Este evento anima a los creyentes a permanecer atentos a los mensajes de Dios, reconociendo que pueden llegar en cualquier momento y en cualquier forma.