En este versículo, Dios se dirige al pueblo de Israel, recordándoles los roles especiales que estableció entre ellos. Los profetas eran individuos elegidos por Dios para transmitir Su mensaje y guía al pueblo, a menudo llamándolos de vuelta a la fidelidad y la rectitud. Por otro lado, los nazareos eran personas que tomaban un voto especial de dedicación a Dios, que incluía la abstinencia del vino, no cortarse el cabello y evitar el contacto con los muertos. Estos votos eran una señal de su compromiso y devoción a Dios. Al levantar tanto a profetas como a nazareos, Dios proporcionó orientación espiritual y ejemplos de dedicación dentro de la comunidad. Este versículo sirve como un recordatorio de la continua implicación de Dios en la vida de Su pueblo, proporcionando líderes y modelos a seguir para guiarlos en su camino espiritual. Llama a los israelitas a reconocer y apreciar estos dones divinos y a reflexionar sobre su propia fidelidad y respuesta a la guía de Dios.
La pregunta retórica "¿No es así, hijos de Israel?" enfatiza la realidad innegable de las acciones de Dios y desafía al pueblo a reconocer y responder a Sus bendiciones. Este versículo anima a los creyentes a recordar y valorar a los líderes espirituales y ejemplos que Dios coloca en sus vidas, instándolos a permanecer fieles y atentos a Su guía.