Esteban, uno de los primeros diáconos y un hombre lleno de fe y del Espíritu Santo, se encuentra en juicio ante el Sanedrín. Mientras defiende su fe, se le concede una visión del cielo. Ve a Jesús, a quien llama el Hijo del Hombre, de pie a la diestra de Dios. Este título, 'Hijo del Hombre', es significativo ya que se conecta con las propias palabras de Jesús sobre su identidad y misión. La imagen de Jesús de pie, en lugar de sentado, sugiere su papel activo como intercesor y defensor de Esteban y de todos los creyentes.
Esta visión es un poderoso testimonio de la autoridad divina de Jesús y su estrecha relación con Dios. Proporciona consuelo y seguridad a los cristianos que enfrentan pruebas, recordándoles que Jesús está con ellos en sus luchas. El cielo abierto simboliza la accesibilidad de la presencia de Dios y la promesa de vida eterna. La visión de Esteban anima a los creyentes a permanecer fieles, sabiendo que Jesús está listo para darles la bienvenida a la gloria eterna, reafirmando la esperanza y la fortaleza que se encuentran en la fe.