Esteban, uno de los diáconos de la iglesia primitiva, era conocido por su fuerte fe y sabiduría. Estaba activamente difundiendo el mensaje de Jesús, lo que llevó a la oposición de un grupo llamado la Sinagoga de los Libertados. Este grupo estaba compuesto por judíos de Cirene, Alejandría, Cilicia y Asia, regiones conocidas por sus diversas culturas y antecedentes intelectuales. Se involucraron en debates con Esteban, desafiando sus enseñanzas y la nueva doctrina cristiana.
Este escenario refleja el contexto más amplio de las luchas de la iglesia primitiva mientras buscaba establecerse en medio de una variedad de perspectivas culturales y religiosas. La experiencia de Esteban es un testimonio del poder de la fe y del Espíritu Santo, que le permitió mantenerse firme a pesar de la oposición. Su historia anima a los creyentes a permanecer firmes en sus convicciones, sabiendo que los desafíos pueden ser oportunidades para demostrar la verdad y el amor del evangelio. También sirve como un recordatorio de que el mensaje de Cristo trasciende las fronteras culturales y geográficas, uniendo a personas de diversos orígenes en la fe.