El viaje de Pedro a la casa de Cornelio es un momento crucial en la iglesia cristiana primitiva. Cornelio, un gentil y centurión romano, había recibido una visión de Dios que le instruía a enviar por Pedro. A pesar de las costumbres judías que desalentaban la interacción con gentiles, Pedro obedeció el impulso del Espíritu Santo sin objeciones. Este acto de obediencia marca un cambio significativo en la iglesia primitiva, enfatizando que el mensaje de Jesús es para todas las personas, no solo para la comunidad judía.
La pregunta de Pedro, "¿Por qué me habéis hecho venir?", refleja su apertura para entender el propósito más amplio de Dios. Ilustra la importancia de ser receptivos a los planes de Dios, incluso cuando desafían nuestras nociones preconcebidas o zonas de confort. Este encuentro lleva a la realización de que Dios no muestra favoritismo y que el Evangelio es inclusivo, trascendiendo fronteras culturales y étnicas. La disposición de Pedro para ir donde Dios lo guía sirve como un ejemplo inspirador para los creyentes, instándolos a confiar en la guía de Dios y abrazar Su amor inclusivo.