Abner, el comandante del ejército de Saúl, da un paso significativo al enviar mensajeros a David. Esta acción es crucial porque marca un cambio en la dinámica política de Israel. Abner, quien anteriormente fue un firme defensor de la casa de Saúl, ahora busca aliarse con David, reconociendo su potencial como el futuro rey de un Israel unido. Esta propuesta no se trata solo de poder político, sino también de traer paz y unidad a una nación dividida.
La pregunta de Abner, "¿De quién es la tierra?", implica un reconocimiento del derecho de David al trono. Al ofrecer ayudar a reunir a todo Israel bajo el mando de David, Abner reconoce el liderazgo de David y la necesidad de un gobernante fuerte y único para guiar a la nación. Este momento subraya la importancia de las alianzas estratégicas y el papel de la diplomacia en el liderazgo. También refleja el tema bíblico más amplio de la providencia de Dios al guiar a los líderes para cumplir con sus destinos. La respuesta de David a esta propuesta podría allanar el camino hacia una nueva era de unidad y estabilidad en Israel.