Los hombres de David, bajo el liderazgo de Joab, regresaron de una exitosa incursión militar, trayendo consigo un considerable botín. Esto indica su destreza y éxito en la batalla. Sin embargo, al regresar, descubrieron que Abner, un antiguo adversario que había estado negociando la paz con David, ya había partido de Hebrón. David había despedido a Abner en paz, lo que señalaba su deseo de reconciliación y unidad entre las tribus de Israel.
Este momento pone de relieve la tensión entre la mentalidad militar, representada por Joab y sus hombres, y los esfuerzos diplomáticos de David. Mientras David buscaba unificar el reino a través de medios pacíficos, el regreso de Joab con el botín simboliza el conflicto continuo y los desafíos de la transición de la guerra a la paz. Este pasaje establece el escenario para el drama y conflicto que se avecina entre Joab y Abner, reflejando las complejidades del liderazgo y el delicado equilibrio entre buscar la paz y mantener la fuerza.