En este pasaje, Salomón está orando durante la dedicación del templo que construyó para Dios. Reconoce que Dios no está confinado al templo, sino que habita en los cielos, y le pide que escuche las oraciones de los extranjeros que vienen al templo. La solicitud de Salomón se basa en la creencia de que Dios es el Dios de todas las naciones, no solo de Israel. Al pedirle a Dios que responda a las oraciones de los extranjeros, Salomón espera que todas las personas lleguen a conocer y temer a Dios, reconociendo Su poder y presencia. Esto refleja una visión de un mundo unido en la adoración a Dios, trascendiendo fronteras culturales y nacionales. La oración de Salomón es un recordatorio de la inclusividad del amor de Dios y la importancia de dar la bienvenida a otros en la comunidad de fe. Anima a los creyentes a ser de corazón abierto y a reconocer que la gracia de Dios está disponible para todos, fomentando un espíritu de unidad y comprensión entre diversos pueblos.
Oye desde los cielos, desde el lugar de tu morada, y haz justicia a tus siervos, que claman a ti por causa de sus enemigos, y da a cada uno conforme a todos sus caminos, ya que conoces su corazón (porque sólo tú conoces el corazón de los hijos de los hombres).
2 Crónicas 6:33
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