En este versículo, el autor se refiere a un mandamiento nuevo que es a la vez una verdad antigua y una nueva revelación. Este mandamiento está arraigado en las enseñanzas de Jesús, quien encarna la expresión máxima de amor y verdad. La oscuridad representa la ausencia de la presencia de Dios y la ignorancia de Sus caminos, mientras que la verdadera luz simboliza a Jesús, quien ilumina el camino hacia la rectitud y la comprensión.
La frase "las tinieblas van pasando" sugiere un proceso transformador donde los viejos caminos de pecado e ignorancia están siendo reemplazados por la nueva realidad de vivir en la luz de Cristo. Esta transformación es evidente en las vidas de los creyentes que reflejan el amor y la verdad de Jesús. La verdadera luz no es solo una esperanza futura, sino una realidad presente, ya brillando e influyendo en el mundo a través de las acciones y vidas de aquellos que siguen a Cristo.
Este mensaje llama a los cristianos a reconocer la presencia de la luz de Cristo en sus vidas y a vivir activamente este nuevo mandamiento amando a los demás y caminando en la verdad. Es un llamado a ser agentes de cambio, reflejando la luz de Cristo en un mundo que aún está emergiendo de la oscuridad.