Pablo recuerda a los corintios la verdad esencial que les ha compartido, la cual es la base de la fe cristiana. Resalta la importancia del mensaje de que Cristo murió por nuestros pecados, cumpliendo las profecías y promesas encontradas en las Escrituras. Esta afirmación no es solo un hecho histórico, sino una profunda verdad teológica que subraya el propósito del sacrificio de Jesús. Significa el plan de Dios para la redención y la reconciliación con la humanidad.
Al decir "conforme a las Escrituras", Pablo vincula los eventos de la muerte de Jesús con las profecías del Antiguo Testamento, mostrando que la misión de Jesús era parte del plan divino de Dios. Esta conexión proporciona seguridad a los creyentes de que su fe está arraigada en una promesa divina de larga data. También enfatiza la continuidad del plan de Dios a lo largo de la historia, reforzando la fiabilidad y verdad del mensaje cristiano. Esta creencia fundamental está destinada a unificar y fortalecer a la comunidad de creyentes, recordándoles el núcleo de su fe y la esperanza que trae.