En este versículo, se presenta un registro genealógico que menciona a los hijos de Benjamín: Bela, Bequer y Jediael. Las genealogías como esta son comunes en la Biblia y cumplen varios propósitos. Ayudan a establecer el contexto histórico y familiar de los israelitas, reforzando su identidad como un pueblo elegido con una ascendencia compartida. La tribu de Benjamín fue una de las doce tribus de Israel, cada una desempeñando un papel único en la historia de la nación. Al listar estos nombres, las escrituras subrayan la importancia del linaje y la herencia para mantener la continuidad del pacto de Dios con Su pueblo.
Estas genealogías también nos recuerdan la interconexión de la narrativa bíblica, donde cada persona y línea familiar contribuye a la historia en desarrollo de la relación de Dios con la humanidad. Aunque estos nombres puedan parecer meros detalles históricos, representan a personas reales que vivieron, trabajaron y adoraron dentro de la comunidad de Israel. Comprender estas conexiones puede profundizar nuestra apreciación por el rico tapiz de la historia bíblica y las maneras en que Dios actúa a través de las generaciones para cumplir Sus promesas.