En la corte del rey David, Jonatán, su tío, actuaba como consejero, ofreciendo sabiduría y guía. Su papel como hombre de entendimiento y escriba subraya el valor de la sabiduría y el conocimiento en el gobierno. La presencia de un escriba indica la importancia de llevar registros y comunicarse en la gestión de los asuntos del reino. La posición de Jonatán destaca cómo los líderes se benefician al rodearse de asesores sabios que pueden proporcionar consejos acertados.
Además, Jehiel, hijo de Hakmoni, fue encargado del cuidado de los hijos del rey. Esta responsabilidad era crucial, ya que implicaba nutrir y educar a los futuros líderes de Israel. El versículo refleja la importancia de preparar a la próxima generación para el liderazgo, asegurando que estén bien equipados con los valores y habilidades necesarias para liderar eficazmente. Juntos, los roles de Jonatán y Jehiel ilustran el esfuerzo colaborativo necesario para mantener un reino estable y próspero, enfatizando la importancia de la sabiduría, la educación y el mentorazgo en el liderazgo.