En este versículo, el profeta Zacarías describe su papel como pastor de un rebaño destinado a la destrucción, simbolizando al pueblo de Israel que enfrenta juicio. Este rebaño representa a aquellos que son oprimidos y vulnerables, destacando la preocupación de Dios por los marginados. El uso de dos cayados, llamados Gracia y Unión, significa las intenciones de Dios de otorgar gracia y mantener la unidad entre su pueblo. Gracia representa la bendición y la buena voluntad de Dios, mientras que Unión simboliza la armonía y la cercanía que Él desea para su gente. A pesar de las circunstancias sombrías, Dios, a través de Zacarías, muestra su compromiso de cuidar y guiar a su pueblo. Este pasaje anima a los creyentes a confiar en la presencia y provisión de Dios, incluso en tiempos de prueba, y a esforzarse por la unidad y la gracia dentro de sus comunidades. Sirve como un recordatorio de que el amor y el cuidado de Dios persisten, incluso cuando su pueblo enfrenta situaciones difíciles, y que su deseo último es el bienestar y la unidad de todos.
Y tomé para mí dos cayados; uno lo llamé Gracia, y el otro lo llamé Unión; y apastoré las ovejas.
Zacarías 11:7
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