Noemí, quien regresó a Belén tras la muerte de su esposo e hijos, tenía un pariente llamado Booz. Él era un hombre de considerable posición social y riqueza, perteneciente al clan de Elimelec, el esposo fallecido de Noemí. La mención de Booz es crucial, ya que anticipa el papel que desempeñará en las vidas de Noemí y Rut. Su carácter y estatus indican que es una persona de integridad e influencia, lo cual será importante en la narrativa que se desarrolla.
La historia de Rut y Booz no es solo un relato de redención personal, sino también un reflejo de la providencia y el cuidado de Dios por su pueblo. La presencia de Booz en la historia trae esperanza y un sentido de posibilidad para Noemí y Rut, quienes han enfrentado dificultades significativas. Este versículo establece el escenario para los temas de lealtad, bondad e intervención divina que permea el libro de Rut. Recuerda a los lectores la importancia de la familia, la comunidad y las maneras en que Dios puede obrar a través de las personas para cumplir sus propósitos.