Pablo utiliza una cita del profeta Isaías para ilustrar la misericordia y fidelidad de Dios. La referencia a Sodoma y Gomorra, ciudades destruidas por su maldad, sirve como un recordatorio contundente de lo que podría suceder sin la intervención divina. Sin embargo, Dios, en Su misericordia, ha preservado un remanente de Su pueblo, asegurando su supervivencia y continuidad. Este acto de preservación es un testimonio de la gracia de Dios, mostrando que no abandona a Su pueblo, incluso cuando fallan.
El versículo subraya la importancia del papel de Dios en la salvación y preservación de Su pueblo. Asegura a los creyentes que, a pesar de las fallas humanas, los planes de Dios son firmes y Su misericordia es abundante. Al preservar un remanente, Dios demuestra Su compromiso con Su pacto y Su pueblo, asegurando que Sus propósitos se cumplan. Este mensaje de esperanza y seguridad es relevante para todos los creyentes, recordándoles la fidelidad inquebrantable de Dios y la seguridad que se encuentra en Sus promesas.