En esta visión, la descripción de Dios en el trono utiliza la imagen de piedras preciosas como el jaspe y el sardio, conocidas por su brillo y belleza. Estas piedras simbolizan la majestad y el esplendor divinos que emanan de la presencia de Dios. La elección del jaspe y el sardio resalta la pureza y la luz inalcanzable de la santidad de Dios. Alrededor del trono hay un arco iris que brilla como una esmeralda, lo que añade grandeza y magnificencia a la escena. El arco iris es un símbolo poderoso en la Biblia, a menudo asociado con el pacto de Dios y Su promesa de misericordia y fidelidad hacia la humanidad. Esta imagen no solo enfatiza la belleza y la majestad del trono de Dios, sino que también sirve como un recordatorio de Sus promesas duraderas y la esperanza que los creyentes pueden encontrar en Él. La visión invita a los creyentes a acercarse a Dios con reverencia y asombro, reconociendo Su autoridad suprema y la belleza de Su naturaleza divina. Fomenta la adoración y una apreciación más profunda de los misterios divinos, acercándonos al corazón de Dios.
Y el que estaba sentado era semejante en apariencia a una piedra de jaspe y de sardio; y había un arco iris alrededor del trono, que parecía en apariencia a una esmeralda.
Apocalipsis 4:3
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