El viaje de los israelitas por el desierto requería una cuidadosa organización y liderazgo para asegurar que cada tribu se moviera en armonía con las instrucciones de Dios. Abidán, hijo de Gedeón, fue nombrado líder de la tribu de Benjamín, lo que demuestra la importancia de contar con líderes responsables y capaces para cada tribu. Este sistema de liderazgo no solo era una necesidad logística, sino también espiritual, ya que líderes como Abidán eran responsables de guiar a su pueblo en la fidelidad y la obediencia a los mandamientos de Dios.
La mención de Abidán resalta la naturaleza estructurada de la comunidad israelita, donde cada tribu tenía su propio líder para representarlos y asegurar que se atendieran sus necesidades. Esta organización era esencial para mantener la unidad y el orden entre el pueblo, permitiéndoles funcionar como un grupo cohesionado a pesar de los desafíos de su viaje. También subraya la importancia del liderazgo en cualquier comunidad, recordándonos que los líderes efectivos son cruciales para guiar y apoyar a su pueblo en asuntos tanto prácticos como espirituales.