Y estando él en Betania, en casa de Simón el leproso, y sentado a la mesa, vino una mujer con un vaso de alabastro de perfume de nardo puro, de mucho precio; y quebrando el vaso, derramó el perfume sobre su cabeza.

Marcos 14:3

Faithy explica

Jesús está en Betania, un pueblo cercano a Jerusalén, conocido por ser un lugar de refugio y amistad para Él. La casa de Simón el leproso es un escenario significativo, ya que muestra la disposición de Jesús a asociarse con aquellos considerados marginados. El acto de la mujer al romper el frasco de alabastro y ungir a Jesús con nardo puro, un perfume costoso, es una poderosa expresión de su devoción y reverencia. Este acto no se trata solo del valor material del perfume, sino de la profundidad de su amor y reconocimiento de la importancia divina de Jesús. Al romper el frasco, ella demuestra una entrega completa y sin reservas, simbolizando cómo estamos llamados a darlo todo a Dios. Sus acciones anticipan la muerte y sepultura inminente de Jesús, ya que ungir era una práctica habitual para preparar un cuerpo para el entierro. Este momento nos invita a reflexionar sobre cómo honramos a Jesús en nuestras propias vidas, animándonos a ofrecer lo mejor en adoración y servicio, motivados por amor y gratitud.