En este pasaje, Jesús está preparando a sus discípulos para el tiempo en que ya no estará físicamente presente con ellos. Habla de un futuro anhelo por los 'días del Hijo del Hombre', refiriéndose a los momentos en que caminó entre ellos, enseñando, sanando y ofreciendo guía. Este anhelo significa el profundo vínculo y la dependencia que los discípulos tienen de Jesús, resaltando los inevitables desafíos y pruebas que enfrentarán sin su presencia inmediata.
La frase 'no lo veréis' sirve como un recordatorio de la fe necesaria para soportar períodos de sequedad espiritual o ausencia. Anima a los creyentes a aferrarse a la esperanza y mantener su fe, incluso cuando las circunstancias parezcan sombrías o cuando se sientan distantes de Dios. Esta anticipación del regreso de Cristo es un tema central en la escatología cristiana, ofreciendo consuelo y motivación para vivir de acuerdo con sus enseñanzas a pesar de las dificultades de la vida. El pasaje asegura a los creyentes que su anhelo no es en vano, ya que se alinea con la promesa final del regreso de Jesús y la realización del reino de Dios.