En este momento dramático, Holofernes, el general en jefe del ejército asirio, reacciona al consejo de Achior, un líder amonita. Achior había advertido a Holofernes sobre los israelitas, enfatizando su relación única con Dios y su historia de intervención divina en tiempos de crisis. En lugar de escuchar esta advertencia, Holofernes se enfurece y ordena a sus sirvientes que capturen a Achior. Les manda llevarlo a la ciudad de Betulia y entregarlo a los israelitas, considerando esto un castigo por la supuesta insolencia de Achior.
Este evento es crucial, ya que prepara el terreno para las acciones posteriores en Betulia, donde los israelitas son asediados por las fuerzas asirias. Resalta el tema de la fe en la protección divina, ya que los israelitas, a pesar de estar en desventaja numérica y enfrentando a un enemigo formidable, confían en su fe en Dios para su liberación. La narrativa invita a los lectores a reflexionar sobre el poder de la fe y el coraje necesario para mantenerse firme en las propias creencias, incluso ante una oposición abrumadora. También destaca la idea de que la providencia divina puede actuar a través de circunstancias inesperadas, convirtiendo lo que parece un castigo en una oportunidad para la liberación.