En este momento, Gedeón se encuentra con un ángel de Dios que le instruye a preparar una ofrenda. La orden del ángel de colocar la carne y el pan sin levadura sobre una roca y derramar caldo sobre ella es simbólica. Representa una prueba de fe y obediencia, ya que se le pide a Gedeón que siga instrucciones específicas que podrían no tener sentido inmediato. Este acto de sacrificio es una demostración de la disposición de Gedeón para confiar en el plan de Dios, incluso cuando el camino no está claro.
La roca sirve como un altar, un lugar de encuentro entre lo divino y lo humano. Al seguir las instrucciones del ángel, Gedeón muestra su disposición para escuchar y actuar de acuerdo con la voluntad de Dios. Este evento es crucial, ya que marca el comienzo de la transformación de Gedeón de un individuo dudoso a un líder valiente que liberará a Israel de la opresión. Resalta el tema de la guía divina y la importancia de la fe en acción, recordando a los creyentes que Dios a menudo nos llama a confiar y obedecer, incluso cuando el camino hacia adelante parece incierto.