En este versículo, Dios transmite un mensaje de justicia a través de Jeremías. La metáfora del "cáliz" representa el juicio o castigo divino. Históricamente, Edom fue una nación en conflicto con Israel, y aquí Dios se dirige a su inminente juicio. La pregunta retórica enfatiza que si incluso aquellos que parecen menos merecedores de castigo deben enfrentarlo, entonces Edom, con su historia de hostilidad y malas acciones, ciertamente no escapará. Este pasaje nos recuerda la universalidad de la justicia de Dios. Ninguna nación o individuo puede evadir las consecuencias de sus acciones. El versículo nos invita a la introspección, instando a los creyentes a considerar sus propias vidas y acciones a la luz de la naturaleza justa de Dios. Nos asegura que Dios está al tanto de todas las acciones y administrará justicia de manera equitativa. Este mensaje es atemporal, animándonos a vivir con integridad y rectitud, sabiendo que la justicia divina es inevitable e imparcial.
Porque así ha dicho Jehová: He aquí, los que no eran dignos de beber el cáliz, ciertamente beberán; y tú, ¿te quedarás libre? No quedarás libre, sino que ciertamente beberás.
Jeremías 49:12
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