En este versículo, Dios asegura a su pueblo su compromiso inquebrantable con su bienestar. A pesar de su dispersión debido a desobediencias pasadas, Dios promete reunirlos de todos los lugares donde han sido esparcidos. Este regreso no es solo físico, sino también espiritual, simbolizando un retorno a una relación con Dios. La imagen de un rebaño siendo reunido por un pastor subraya el papel de Dios como protector y proveedor. Él promete llevarlos de vuelta a su pradera, un lugar donde prosperarán y se multiplicarán. Esto refleja el deseo de Dios de que su pueblo viva en paz y prosperidad, bajo su cuidado. El versículo ofrece esperanza y aliento, recordando a los creyentes que, sin importar cuán lejos se hayan desviado, Dios siempre está listo para traerlos de regreso a un lugar de bendición y crecimiento. Habla de la creencia cristiana universal en el poder redentor de Dios y sus planes para un futuro esperanzador, asegurando que su amor y misericordia están siempre presentes.
Y yo reuniré el remanente de mis ovejas de todas las tierras a donde las eché, y las haré volver a sus majadas; y serán fructíferas y multiplicadas.
Jeremías 23:3
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