En este pasaje, Dios asegura a su pueblo su fidelidad inmutable y su previsión divina. Al afirmar que las cosas anteriores ya han sucedido, subraya su fiabilidad y el cumplimiento de sus promesas pasadas. Esto sirve como base para la confianza, ya que declara cosas nuevas que aún están por venir. El versículo enfatiza el papel de Dios como el orquestador supremo de la historia, quien no solo conoce el futuro, sino que también lo moldea activamente. Esta declaración busca infundir confianza y esperanza en los creyentes, animándolos a depender de las promesas y el tiempo de Dios.
El anuncio de cosas nuevas significa un nuevo comienzo o una nueva fase en el plan de Dios, invitando a los creyentes a anticipar y abrazar los cambios que Él trae. Resalta la naturaleza dinámica de la interacción de Dios con el mundo, donde Él trabaja continuamente para llevar a cabo sus propósitos. Este mensaje es universal, ofreciendo seguridad a todos los que buscan entender la voluntad de Dios y su obra continua en el mundo. Llama a tener fe en la sabiduría de Dios y su capacidad para traer transformaciones positivas, incluso cuando el futuro parece incierto.