En momentos de desesperación o incertidumbre, es común que individuos o naciones busquen alianzas o apoyo de aquellos que perciben como fuertes o capaces. Sin embargo, este versículo advierte sobre el peligro de confiar en quienes, en última instancia, no pueden ofrecer una ayuda real. Las personas mencionadas aquí son descritas como inútiles, ya que no traen ni ayuda ni ventaja, solo vergüenza y oprobio. Esto refleja un tema más amplio en la Biblia sobre la futilidad de depender de la fuerza humana o de alianzas en lugar de confiar en Dios.
A lo largo de las Escrituras, hay un mensaje consistente que afirma que Dios es una fuente confiable de fortaleza y apoyo. Las alianzas humanas pueden ser volubles e inciertas, lo que lleva a la decepción. En contraste, la fidelidad de Dios es inquebrantable. Este pasaje anima a los creyentes a evaluar dónde colocan su confianza y a volver su mirada hacia Dios en busca de guía y apoyo. Al hacerlo, pueden evitar la vergüenza y el oprobio que provienen de depender de fuentes inadecuadas y, en su lugar, encontrar paz y seguridad en el amor y el poder inquebrantables de Dios.