La comunicación de Dios no se limita a medios familiares o tradicionales. Este versículo destaca que Dios puede hablar a través de "lengua de tartamudos y en extraña lengua", sugiriendo que los mensajes divinos pueden provenir de fuentes inesperadas o no convencionales. Esto sirve como un recordatorio para permanecer abiertos y atentos a la voz de Dios, incluso cuando desafía nuestras expectativas o proviene de lugares desconocidos. Resalta la importancia de la humildad y la disposición a escuchar, ya que la sabiduría de Dios a menudo trasciende la comprensión humana y las fronteras culturales.
El contexto de este versículo es una advertencia para el pueblo de Israel, que a menudo era resistente a los mensajes de Dios transmitidos a través de los profetas. Al utilizar la imagen de lenguas extranjeras, se enfatiza que Dios encontrará maneras de comunicar Su voluntad, incluso si eso significa usar a forasteros o métodos poco convencionales. Esto puede verse como un llamado a estar vigilantes y ser discernidores, reconociendo que la verdad de Dios puede revelarse de diversas maneras, instando a los creyentes a estar abiertos a aprender y crecer en su fe a través de experiencias y perspectivas variadas.