Este pasaje continúa la discusión sobre la fe en Hebreos 11, conocido como el 'Salón de la Fama de la Fe'. Se mencionan varias figuras notables del Antiguo Testamento: Gedeón, Barac, Sansón, Jefté, David, Samuel y los profetas. Cada uno de ellos desempeñó un papel importante en la historia de Israel, enfrentándose a menudo a adversidades abrumadoras o a sus propias debilidades. A pesar de sus imperfecciones, son celebrados por su fe y por las grandes obras que realizaron mediante el poder de Dios.
Gedeón lideró un pequeño ejército hacia la victoria contra los madianitas. Barac, con la guía de Débora, derrotó al ejército cananita. Sansón, conocido por su fuerza, liberó a Israel de los filisteos. Jefté, a pesar de un pasado problemático, condujo a Israel a la victoria sobre los amonitas. David, un joven pastor, se convirtió en rey y en un hombre conforme al corazón de Dios. Samuel, un profeta, fue fundamental para guiar a Israel en un tiempo de transición. Estas historias ilustran cómo la fe puede llevar al triunfo sobre la adversidad y alientan a los creyentes a confiar en las promesas de Dios, sin importar las circunstancias que enfrenten.