Durante los preparativos para el gran diluvio, Dios le da a Noé instrucciones específicas para preservar la vida en la Tierra. Entre estas instrucciones se encuentra el mandato de llevar siete pares de cada tipo de ave, tanto machos como hembras, al arca. Esta directiva forma parte de un plan más amplio para asegurar que la vida pueda florecer nuevamente una vez que las aguas del diluvio retrocedan. Las aves son vitales para el ecosistema, contribuyendo a la polinización, dispersión de semillas y control de plagas. Al preservar estas criaturas, Dios demuestra un compromiso con el mantenimiento del equilibrio y la diversidad de la vida. El enfoque en los pares, machos y hembras, resalta la necesidad de reproducción para la supervivencia de las especies. Este pasaje nos recuerda la interconexión de toda la vida y la responsabilidad que tienen los humanos de proteger y sostener el medio ambiente. Nos llama a apreciar la diversidad de la creación y a tomar medidas activas para preservarla para las generaciones futuras.
Y de las aves, según su género, y de los animales que hay en la tierra, según su género, y de todo reptil de la tierra, según su género, dos de cada especie entrarán contigo en el arca, para que tengan vida.
Génesis 7:3
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