La narrativa describe un tiempo en que los 'hijos de Dios' se sintieron atraídos por la belleza de las mujeres humanas y decidieron casarse con ellas. La frase 'hijos de Dios' ha sido interpretada de diversas maneras en las tradiciones cristianas. Algunos los ven como seres angelicales, mientras que otros los consideran descendientes de Set, el hijo de Adán, que permanecieron fieles a Dios, en contraste con la línea de Caín. Esta unión entre los 'hijos de Dios' y las mujeres humanas se considera un evento significativo que contribuyó al declive moral de la humanidad, lo que llevó a Dios a decidir limpiar la tierra a través del diluvio.
El pasaje subraya el tema de la interacción divina-humana y las consecuencias de las elecciones realizadas fuera del orden divino establecido. Sirve como un recordatorio de la importancia de mantener la integridad espiritual y las posibles consecuencias de desviarse de la guía divina. Además, refleja sobre la belleza y el atractivo de las relaciones humanas, que pueden conducir a resultados tanto positivos como negativos, dependiendo del contexto y las intenciones detrás de ellas.