En este momento, Israel, también conocido como Jacob, está profundamente angustiado por la situación que sus hijos han creado. La familia se encuentra en medio de una severa hambruna y han viajado a Egipto para comprar grano. Sin embargo, no son conscientes de que el funcionario egipcio con el que están tratando es en realidad José, el hijo perdido de Jacob. Cuando José pregunta sobre su familia, los hermanos revelan que tienen otro hermano, Benjamín. Jacob se angustia porque teme perder a Benjamín, ya que ya ha perdido a José, a quien cree muerto. Este versículo captura la naturaleza protectora de Jacob y su ansiedad por la seguridad de su familia. También establece el escenario para el drama de reconciliación y perdón que eventualmente traerá sanación a la familia de Jacob. Refleja temas universales de preocupación parental, lealtad familiar y las complejidades de las relaciones humanas, recordándonos la importancia de la confianza y la comunicación dentro de las familias.
La reacción de Jacob es una mezcla de miedo y frustración, mientras lidia con las posibles consecuencias de las acciones de sus hijos. Su pregunta revela su vulnerabilidad y el peso de la responsabilidad que siente como patriarca de su familia. Este momento es crucial en la narrativa, ya que conduce a una serie de eventos que finalmente reunirán a la familia y cumplirán las promesas de Dios hacia ellos.