En esta parte de la narrativa, el rey de Persia responde a una carta de Rehum, Shimshai y sus asociados, quienes son funcionarios de la región de Samaria y de la Trans-Eufrates. Ellos habían escrito al rey expresando sus preocupaciones sobre la reconstrucción de Jerusalén, temiendo que pudiera llevar a una rebelión. La respuesta del rey es un reconocimiento formal de su carta, mostrando los procesos administrativos del Imperio Persa para tratar estos asuntos.
Esta interacción resalta las dinámicas políticas y sociales de la época, donde los exiliados que regresaban enfrentaban oposición de las regiones vecinas. La respuesta del rey es crucial, ya que establece el escenario para futuros desarrollos en la historia del regreso judío a Jerusalén. Subraya la importancia de la diplomacia y el papel del liderazgo en la resolución de disputas. Para los lectores modernos, este pasaje puede servir como un recordatorio de la necesidad de paciencia y perseverancia frente a la oposición, así como la importancia de buscar resoluciones pacíficas a través de los canales de comunicación adecuados.