Durante el regreso de los israelitas del exilio babilónico, la comunidad se estaba reestableciendo en Jerusalén. Entre los que volvían se encontraban los músicos, específicamente los descendientes de Asaf, que eran 128. Asaf fue una figura significativa en la historia de la adoración de Israel, conocido por su papel como músico principal durante el reinado del rey David. Sus descendientes continuaron este legado, enfatizando la importancia de la música en la adoración y la vida comunitaria.
La música sirvió como un elemento vital en la identidad espiritual y cultural de los israelitas. Era un medio para expresar devoción, relatar las obras de Dios y fomentar la unidad entre el pueblo. La inclusión de músicos en la lista de los que regresaban subraya el valor que se daba a la adoración y las artes en la reconstrucción de la comunidad. Nos recuerda el poder duradero de la música para elevar, inspirar y conectar a las personas en su camino de fe.