En este versículo, el Señor Soberano afirma la certeza de Su palabra profética. La declaración de que '¡Viene el día! ¡Ciertamente sucederá!' subraya la inevitabilidad de los planes de Dios. Esta certeza es un poderoso recordatorio de la soberanía y fidelidad de Dios. A lo largo de la Biblia, Dios ha hecho promesas y profecías, muchas de las cuales ya se han cumplido, reforzando la confiabilidad de Su palabra. Para los creyentes, este versículo sirve como una fuente de esperanza y confianza, enfatizando que el tiempo de Dios es perfecto y Sus propósitos son inalterables.
La frase 'Este es el día del que he hablado' indica un momento específico que Dios ha designado para que Sus planes se desarrollen. Nos asegura que nada sucede por casualidad y que la mano de Dios está en acción en el mundo. Este versículo nos invita a reflexionar sobre la naturaleza de la profecía divina y la certeza que proporciona. Anima a los creyentes a vivir con expectativa y preparación, confiando en que las promesas de Dios se cumplirán. Esta confianza en la palabra de Dios es un pilar de la fe, inspirándonos a permanecer firmes y esperanzados, incluso en tiempos de incertidumbre.