El candelero descrito en las instrucciones para el Tabernáculo es un símbolo profundo en la tradición hebrea. Con sus seis brazos que se extienden de un eje central, la menorá representa la difusión de la luz y la sabiduría divina. Los tres brazos de cada lado sugieren equilibrio y simetría, que son temas clave en el relato de la creación, reflejando el orden y la armonía de Dios. Este diseño no solo es funcional, sino que también es profundamente simbólico, ilustrando cómo la luz de Dios está destinada a permear el mundo, guiando y iluminando a su pueblo.
En el contexto del Tabernáculo, la luz del candelero cumplía una función práctica, iluminando el espacio sagrado donde los israelitas adoraban. Espiritualmente, les recordaba la constante presencia y guía de Dios. La luz de la menorá era un faro de esperanza y un símbolo del pacto de Dios con su pueblo, prometiendo guiarlos a través de la oscuridad hacia la comprensión y la verdad. Esta imagen de la luz se repite a lo largo de la Biblia, donde la luz a menudo representa conocimiento, pureza y revelación divina.