En esta instrucción a Moisés, Dios enfatiza la sacralidad del Arca del Pacto al detallar cómo debe ser ensamblada. El propiciatorio, o asiento de la misericordia, se coloca sobre el arca, simbolizando un lugar donde la presencia de Dios habitará entre su pueblo. Dentro del arca, se deben colocar las tablas de la ley del pacto, que son las tablas de piedra grabadas con los Diez Mandamientos. Estos mandamientos son fundamentales para la relación entre Dios y los israelitas, sirviendo como guía para una vida recta.
El propiciatorio no es solo una tapa, sino un símbolo de la misericordia y el perdón de Dios. Representa el trono de Dios en la tierra, donde se encontraría con Moisés y proporcionaría orientación al pueblo. Este arreglo subraya la importancia de la ley en el mantenimiento de una relación de pacto con Dios, al mismo tiempo que destaca su gracia. Así, el Arca del Pacto se convierte en un poderoso símbolo de la presencia, la ley y la misericordia de Dios, central en la adoración y la vida espiritual de los israelitas.