En este pasaje, Dios está preparando a Moisés para el futuro de los israelitas, quienes están a punto de entrar en la Tierra Prometida. Dios prevé que los israelitas enfrentarán muchos desafíos y a menudo se apartarán de Él. Para abordar esto, Dios instruye a Moisés para que enseñe a los israelitas un cántico que servirá como testimonio en su contra. Este cántico está destinado a ser un recordatorio de la fidelidad de Dios y del pacto que estableció con ellos, incluso cuando se encuentren con dificultades y calamidades.
El cántico no solo recuerda sus obligaciones, sino que también es un testimonio de la comprensión de Dios sobre sus tendencias y debilidades. Dios conoce sus corazones y anticipa sus acciones, sin embargo, permanece comprometido con Sus promesas. Esto subraya la naturaleza perdurable del pacto de Dios y Su deseo de que Su pueblo se mantenga fiel. El cántico es una herramienta para que las generaciones futuras recuerden su historia, aprendan de los errores del pasado y renueven su compromiso con Dios. Refleja la importancia de la memoria y la tradición en el mantenimiento de la fe y la obediencia.