La visión de Daniel sobre los cuernos es una representación simbólica de una serie de reinos o gobernantes. La aparición del cuerno pequeño entre los demás indica un nuevo poder que surge de manera inesperada, interrumpiendo el orden establecido al desarraigar tres de los cuernos originales. Este nuevo poder se caracteriza por tener ojos semejantes a los de un hombre y una boca que habla con arrogancia, sugiriendo tanto inteligencia como orgullo. La visión sirve como un recordatorio de la naturaleza efímera del poder terrenal y los peligros del orgullo. Subraya la soberanía suprema de Dios sobre todos los asuntos humanos, animando a los creyentes a mantener su fe y humildad frente a los desafíos del mundo. La imagen del cuerno con características humanas enfatiza la naturaleza personal y a menudo corrupta del poder, instando a los cristianos a confiar en el reino eterno de Dios en lugar de en autoridades humanas temporales. Este pasaje invita a reflexionar sobre la naturaleza del poder y la importancia de la humildad y la fidelidad en un mundo donde las fuerzas arrogantes parecen dominar.
Considerando yo los cuernos, he aquí que surgió entre ellos otro cuerno pequeño, delante del cual fueron desarraigados tres de los primeros cuernos; y he aquí que en este cuerno había ojos como de hombre, y una boca que hablaba grandes cosas.
Daniel 7:8
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