José, más conocido como Bernabé, fue un levita originario de Chipre que se convirtió en una figura importante en la iglesia cristiana primitiva. Los apóstoles le dieron el nombre de Bernabé, que significa "hijo de consolación", reflejando su carácter y su papel dentro de la comunidad. Bernabé era conocido por su generosidad, como se observa más adelante en Hechos, cuando vende un campo y dona el dinero a los apóstoles. Sus acciones demostraron un profundo compromiso con el bienestar de la comunidad y una disposición a apoyar la misión de difundir el evangelio.
El aliento de Bernabé no se limitaba solo a palabras, sino que también se manifestaba en acciones, participando activamente en el crecimiento de la iglesia. Jugó un papel crucial al dar la bienvenida a Pablo en la comunidad, defendiendo su carácter cuando otros eran escépticos. Este acto de aliento ayudó a Pablo a convertirse en uno de los apóstoles más influyentes. La vida de Bernabé nos recuerda el poder del aliento y el impacto que puede tener en los individuos y en la comunidad en general. Su historia anima a los creyentes a ser solidarios y generosos, fomentando un espíritu de unidad y crecimiento dentro de la iglesia.