En este versículo, Pablo se dirige a una audiencia diversa, compuesta por judíos, a quienes llama 'hijos de Abraham', y gentiles que reverencian a Dios. Su mensaje subraya el alcance universal del evangelio, derribando barreras entre diferentes orígenes étnicos y religiosos. La 'palabra de salvación' a la que se refiere es la buena noticia de Jesucristo, quien cumple las promesas hechas a los patriarcas y profetas de Israel. Al dirigirse a ambos grupos, Pablo enfatiza que el plan de salvación de Dios es inclusivo, extendiéndose más allá de la comunidad judía para abrazar a todos los que buscan a Dios con un corazón sincero.
Esta inclusividad es un pilar de la enseñanza cristiana, reflejando la creencia de que la vida, muerte y resurrección de Jesús ofrecen redención a toda la humanidad. Las palabras de Pablo nos recuerdan que el evangelio es un mensaje de esperanza y reconciliación, invitando a todos a una relación con Dios. Este versículo anima a los creyentes a compartir el mensaje de salvación ampliamente y a dar la bienvenida a todos los que se sienten atraídos por su promesa, fomentando una comunidad unida en fe y amor.