En este momento, Jonadab, quien es sobrino del rey David y amigo del hijo de David, Amnón, se dirige al rey. Le asegura a David que sus hijos están regresando, tal como él había predicho. Esta escena se desarrolla en un contexto de tumulto familiar y tragedia, tras los eventos que involucran a Amnón y Absalón. Las palabras de Jonadab sirven como una confirmación de su consejo y predicciones anteriores, destacando su papel como asesor que parece tener una visión clara de los acontecimientos que se desarrollan.
El versículo captura un momento de tensión y expectativa, ya que el rey David está ansioso por el destino de sus hijos. La seguridad que le brinda Jonadab proporciona un sentido de alivio, aunque sea temporal, ya que la narrativa más amplia involucra dinámicas familiares complejas y sus consecuencias. Este pasaje invita a reflexionar sobre los temas de sabiduría, previsión y el desarrollo de eventos que están más allá del control de uno. También sirve como un recordatorio de la importancia de buscar un consejo sabio y el impacto de las relaciones familiares y decisiones en nuestras vidas.