Nicanor, un comandante del ejército seléucida, se entera de que Judas Macabeo y sus fuerzas están en la región de Samaria. La decisión de Nicanor de atacar en sábado es significativa porque este día es sagrado para el pueblo judío, dedicado al descanso y la adoración. Esta elección refleja una estrategia para sorprender a Judas y sus seguidores, quienes tradicionalmente se abstendrían de participar en batallas en este día. El pasaje ilustra la lucha continua entre el pueblo judío y el Imperio Seléucida, destacando las tácticas opresivas utilizadas en su contra.
Judas Macabeo, conocido por su liderazgo y dedicación a la causa judía, enfrenta un desafío crítico. Su respuesta a esta amenaza no se detalla en este versículo, pero el contexto sugiere una prueba de fe y perseverancia. La narrativa invita a los lectores a reflexionar sobre la importancia de mantenerse firmes en sus creencias, incluso cuando las presiones externas amenazan con socavarlas. También sirve como un recordatorio de las luchas históricas que ha enfrentado el pueblo judío para mantener su identidad y prácticas religiosas ante la opresión externa.