Durante la época de los reyes de Israel y Judá, el panorama político estaba lleno de tensiones y conflictos. Hazael, rey de Siria, era conocido por sus agresivas campañas militares. Su ataque a Gat, una ciudad de los filisteos, subraya su ambición por expandir su influencia y control sobre la región. Gat era una ciudad significativa, y su captura habría sido una victoria notable para Hazael.
Después de este éxito, Hazael dirigió su atención hacia Jerusalén, la capital de Judá. Este movimiento resalta la importancia estratégica de Jerusalén y la constante amenaza que enfrentaba de potencias vecinas. El pasaje refleja los tiempos turbulentos y los desafíos que los líderes de Judá debían navegar. También sirve como un recordatorio de la necesidad de sabiduría, valentía y confianza en Dios frente a la adversidad. El contexto histórico de este versículo ilustra la naturaleza precaria del liderazgo y la necesidad siempre presente de guía y protección divina.