Durante el reinado de Salomón, se llevaron a cabo numerosos proyectos de construcción que no solo mostraron su riqueza, sino también su astucia estratégica. Salomón construyó ciudades y fortificaciones, incluyendo aquellas destinadas al almacenamiento de suministros y al resguardo de sus carros y caballos. Estos proyectos no solo buscaban expandir la infraestructura de su reino, sino también asegurar su territorio y garantizar su prosperidad. La mención de la construcción en Jerusalén, Líbano y otras partes de su dominio indica la magnitud de su influencia y los recursos que tenía a su disposición. La capacidad de Salomón para edificar lo que deseaba refleja la paz y estabilidad de su reinado, lo que permitió la realización de tales ambiciosos proyectos. Este periodo de crecimiento y desarrollo es un testimonio de su sabiduría y las bendiciones sobre su liderazgo. Sus esfuerzos en la planificación urbana y la preparación militar fueron cruciales para mantener la seguridad y prosperidad del reino, ilustrando su papel como un gobernante sabio y efectivo.
La construcción de ciudades de almacenaje y fortificaciones no solo era una cuestión de poder, sino también de visión a largo plazo, asegurando que su reino estuviera preparado para cualquier eventualidad. La prosperidad de su reinado se manifiesta en cada ladrillo y cada estructura levantada, simbolizando un legado que perduraría a través de las generaciones.